El ornamento es la identidad

La decoración no es parte del edificio, la decoración es el edificio. La razón para ornamentar o decorar, es para dar identidad, para que el edificio exista, tiene que tener algún tipo de decoración. Se pudiera decir que un edificio es como un humano, teniendo estructura (los huesos), pero decoraciones (el cuerpo). Para que un edificio sea importante y exista, tiene que tener su propia identidad, tiene que ser ornamentado.

Se decora para singularizar. Cuando se decora, es para darle identidad al edificio, para diferenciar entre otros. Tal vez la estructura es similar entre edificios, pero cuando se decora, se crea la identidad y se puede diferenciar. Si algo no está decorado, o está decorado igualmente a otro, pierde la identidad, ya no es un lugar singularizado, sino está hecho para pertenecer, pero en este caso, cuando algo “pertenece” pierde su identidad, y su atracción al ojo humano. Singularidad es atractiva, así, aunque dos edificios sean similares, pero la decoración es diferente, la experiencia será diferente.

El concepto de la identidad del edificio se puede comparar con la identidad humana. La estructura del edificio es como el sistema de huesos de los humanos, es una parte muy importante para sostener el cuerpo, pero no nos da identidad. Para la mayoría de los humanos, los huesos son básicamente idénticos. Las diferencias vienen con el resto del cuerpo, o las decoraciones, los ojos, el pelo, color de piel, etc. No hay ni un humano completamente igual a otro, si hay unos muy parecidos, pero esa “decoración” nos diferencia a los otros y nos da nuestra identidad visual.

La ornamentación es extremadamente importante. Si no hay ornamentación o decoración, el edificio es como un esqueleto, difícil de diferenciar con otros. Cuando el edificio tiene decoración, es como un cuerpo, algo que existe, algo que tiene identidad. El punto es singularizar, no pertenecer. Porque pertenecer no es ser único, pertenecer es no tener identidad. “Sólo la decoración es estructural. No hay edificio sin decoración. Es la decoración la que construye.” (Semper, Gottfried. 1850s)